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ADN de osos de hace 400.000 años en Atapuerca |
El ADN puede conservarse durante cientos de miles de años en las cuevas, según demuestra la reconstrucción del genoma mitocondrial completo de un antepasado del oso de las cavernas de hace 400.000 años hallado en el yacimiento de la Sima de los Huesos en Atapuerca (Burgos).
El trabajo, con participación española, ha sido liderado por Jesse Dabney y Matthias Meyer, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania).
“Es el ADN más antiguo que se ha encontrado aparte de los que han aparecido congelados en los suelos helados del Ártico”, asegura a SINC Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones en la Sierra de Atapuerca y coautor del trabajo, que se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Hasta ahora no se habían hallado secuencias largas de ADN con más de 120.000 años en otros medios que no fueran el permafrost –suelo permanentemente helado–.
El próximo objetivo de los investigadores será buscar ADN en los fósiles humanos asociados al oso de las cavernas en la Sima de los Huesos, como los del Homo heidelbergensis.
Si se consiguiera, sería el ADN más antiguo de humanos encontrado en el mundo. En la misma Sima se han hallado restos de una treintena de estos homínidos antecesores del neandertal, entre los que se encuentra el cráneo de ‘Miguelón’.
En el año 2006 la mexicana Cristina Valdiosera demostró la presencia de pequeños fragmentos de ADN mitocondrial en los restos de los osos encontrados en Atapuerca; sin embargo, la clave para los nuevos avances ha sido “la aplicación de una técnica novedosa de extracción de ADN antiguo en la que llevamos trabajando aproximadamente un año”, explica Arsuaga, que también es director científico del Museo de la Evolución Humana en Burgos.
El procedimiento empleado por los investigadores permite recuperar ADN muy degradado, gracias a lo que se ha podido reconstruir el genoma mitocondrial a pesar de trabajar con secuencias muy cortas.”Es un avance metodológico que hace pocos años era impensable y es un ejemplo de lo deprisa que están avanzando los descubrimientos en paleogenómica”, añade el paleontólogo.
El puzle de las genealogías
Las muestras utilizadas en el estudio corresponden a la parte del genoma que se encuentra en unos orgánulos de las células llamados mitocondrias. “Los cromosomas del núcleo son los que codifican los caracteres del individuo, mientras que el ADN mitocondrial se utiliza para establecer relaciones evolutivas entre especies, hacer genealogías. Así, podemos estudiar la evolución de los osos de las cavernas”, aclara Arsuaga.
En la investigación han participado los investigadores del Centro Mixto (Instituto de Salud Carlos III-Universidad Complutense de Madrid) de Evolución y Comportamiento Humanos Nuria García y Juan Luis Arsuaga.
Además, han colaborado en la investigación la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Bangor (Gran Bretaña), el departamento de Anatomía de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) y el departamento de Arqueología de La Trobe Universidad en Melbourne (Australia).
SINC