Recreación de hienas gigantes. Universidad de Granada |
La investigación, publicada en la revista 'Quternary International', ha demostrado que esta especie era exclusivamente carroñera, y que sus dientes y sus mandíbulas eran mucho más fuertes y tenían una capacidad para fracturas restos mucho más elevada que la de las hienas actuales.
Los investigadores han analizado durante tres años las modificaciones realizadas por estas hienas sobre los restos óseos de grandes mamíferos conservados en dicho yacimiento, interpretado como una zona de comedor de estos animales.
El análisis de los procesos de fosilización ha indicado que las hienas aprovechaban los cadáveres de las presas abatidas por los depredadores dominantes en estos ecosistemas del Cuaternario -tigres de dientes de sable y licaones-, transportando selectivamente sus restos a sus cuevas para fracturar los huesos y acceder a la médula ósea.
La imagen que emerge de esta investigación es la de una hiena sin análogos entre las especies modernas, de tamaño "formidable" y con una adaptación como carroñeras sumamente especializada.
Precisamente, como carnívoras las hienas debieron representar un serio competidor para las primeras poblaciones humanas asentadas en el continente europeo documentadas en Orce.
La investigación ha sido liderada por el catedrático del Departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga Paul Palmqvist y el investigador del Iphes Bienvenido Martínez-Navarro, además de haber contado con la colaboración de otros científicos de las universidades de Málaga, Granada y Valencia.
EUROPA PRESS
Tags:
Paleontologia