Pierolapithecus catalaunicus: Pau muestra su verdadera cara

Un equipo internacional liderado por personal investigador del American Museum of Natural History (AMNH) y el Institut CatalĂ  de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) ha elaborado un modelo virtual 3D de la cara del homĂ­nido del Mioceno Pierolapithecus catalaunicus, popularmente conocido como ‘Pau’. Mediante tomografĂ­a computarizada se ha corregido la deformaciĂłn debida al proceso de fosilizaciĂłn. La investigaciĂłn, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, apoya la hipĂłtesis de que Pierolapithecus es un homĂ­nido basal, de forma y tamaño similar al Ăşltimo ancestro comĂşn de los humanos y los grandes antropomorfos.

El 4 de diciembre de 2002 aparecieron los primeros restos de un primate fĂłsil en el Vertedero de Can Mata, en Els Hostalets de Pierola (Cataluña, España), a raĂ­z de unas obras relacionadas con la ampliaciĂłn del vertedero. En dĂ­as y campañas posteriores de excavaciĂłn se recuperaron hasta 83 restos de un individuo adulto que, despuĂ©s de meses de estudio, acabĂł permitiendo describir un nuevo gĂ©nero y especie: Pierolapithecus catalaunicus. La investigaciĂłn fue publicada en 2004 en la revista Science y tuvo una gran repercusiĂłn internacional. El ejemplar se bautizĂł con el nombre popular de ‘Pau’.

Desde entonces, los restos de Pau han dado lugar a muchas otras publicaciones en prestigiosas revistas cientĂ­ficas que lo han consolidado como una especie clave para estudiar la evoluciĂłn de los hominoideos, el grupo de simios que incluye a los seres humanos y nuestros parientes actuales más cercanos, los antropomorfos (gibones, orangutanes, gorilas y chimpancĂ©s). Uno de los aspectos más destacados es su diseño corporal ortĂłgrado (con el tronco erecto), una caracterĂ­stica que precediĂł a las adaptaciones suspensoras de los homĂ­nidos. Pau podĂ­a trepar verticalmente por los troncos y probablemente desplazarse de forma cuadrĂşpeda por encima de las ramas, pero no se podrĂ­a suspender de ellas tal y como hacen otros antropomorfos, como los orangutanes o los gibones.

 

Sin embargo, Pau tambiĂ©n ha sido objeto de debate cientĂ­fico en todo este tiempo. Parte de este debate es inherente a la paleontologĂ­a; sĂłlo se recupera una pequeñísima parte de los organismos extintos y, a partir de ahĂ­, se hacen inferencias de cĂłmo eran los hábitats y las especies que vivieron en el pasado en nuestro planeta. Por otra parte, los especĂ­menes que se recuperan a menudo son incompletos o se han deformado durante el proceso de fosilizaciĂłn y esto da pie a diferentes interpretaciones de determinadas caracterĂ­sticas morfolĂłgicas. Y en el caso de Pau, aunque la cara está extremadamente completa tambiĂ©n está deformada debido al proceso de fosilizaciĂłn.

Con el objetivo de recuperar el aspecto original del cráneo de Pau antes del proceso de fosilizaciĂłn, un equipo de investigaciĂłn internacional ha realizado un escaneo de tomografĂ­a computarizada para obtener un modelo 3D que ha permitido corregir esta deformaciĂłn virtualmente. «El objetivo de esta investigaciĂłn no pretendĂ­a sĂłlo saber cuál era la morfologĂ­a real de la cara de Pierolapithecus sino comprender mejor las afinidades de sus rasgos faciales y reconstruir la historia evolutiva de la cara de los homĂ­nidos utilizando aproximaciones morfomĂ©tricas comparativas de Ăşltima generaciĂłn», explica Sergio AlmĂ©cija, investigador del American Museum of Natural History (AMNH) y asociado al Institut CatalĂ  de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP).

Los resultados apoyan la hipĂłtesis de que Pierolapithecus es un homĂ­nido basal, tal y como se concluyĂł en la descripciĂłn original. «La forma de la cara es diferente a la de los orangutanes, gorilas y chimpancĂ©s actuales, pero pensamos que su tamaño y morfologĂ­a corporal es bastante parecida al del Ăşltimo ancestro comĂşn de los grandes antropomorfos y los humanos», comenta AlmĂ©cija , que tambiĂ©n es el autor senior que lidera el artĂ­culo. El artĂ­culo apoya la posibilidad de que los hilobátidos, el grupo que incluye los gibones y los siamangs y que son de menor tamaño que los homĂ­nidos actuales, deriven secundariamente de un ancestro más grande.

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