El rastro del supercontinente Pangea. Imagen: Rubén Díez Fernández |
Los vestigios del ensamblaje de Pangea se encuentran diseminados por todo el mundo. Aunque es en el noroeste de la Península Ibérica donde se exponen con una calidad excepcional que permite un análisis detallado por parte de la comunidad científica.
Trabajos de campo y de laboratorio llevados a cabo en las provincias de A Coruña y Pontevedra han permitido desvelar la huella dejada por la subducción continental en los macizos rocosos que constituían el margen más externo de Gondwana en el que se encontraba el noroeste de la península Ibérica.
Antes de chocar y formar algunas de las grandes cadenas montañosas que conocemos, uno de los continentes involucrados en la colisión se introdujo por debajo del otro, penetrando dentro de su manto subyacente. Este mecanismo, denominado subducción continental, tuvo lugar durante las primeras etapas de la formación de Pangea, tras el cierre del Océano Réico.
Un amplio sector del margen externo del continente Gondwana subdujo bajo Laurasia, hace aproximadamente 370 millones de años. Existen evidencias de este evento a lo largo de España, Portugal, Francia, Alemania y Europa oriental. Sin embargo, los datos que existían hasta la fecha sólo permitían establecer que ambos continentes se aproximaban entre sí en términos absolutos.
El choque de Gondwana y Laurasia
La subducción de una porción de un continente produce un estado de gran desequilibrio físico en el interior de la Tierra, el cual tiende a ser corregido mediante la expulsión del bloque enterrado en el manto de vuelta hacia la superficie. Gracias a ello es posible estudiar sobre el terreno los cambios mineralógicos y físicos que ocurren en los márgenes continentales durante la subducción, e inferir a partir de ellos la mecánica de su enterramiento.
Pero a pesar de lo aparentemente accesible que pueda resultar este tipo de información, lo cierto es que las transformaciones físico-químicas que tienen lugar durante el proceso de exhumación borran, casi por completo, la impronta creada durante la subducción que sólo se conserva en casos excepcionales.
Fruto de la colaboración entre Rubén Díez Fernández y José Ramón Martínez Catalán de la Universidad de Salamanca, y Ricardo Arenas y Jacobo Abati de la Universidad Complutense de Madrid, los datos aportados por este trabajo indican una subducción continental oblicua dextra del margen de Gondwana. En otras palabras, Gondwana y Laurasia convergieron oblicuamente durante las primeras fases del ensamblaje de Pangea, moviéndose lateralmente hacia la derecha uno respecto del otro en términos relativos.
UCM | SINC
2 Comentarios
AMigo una consulta, he buscado por todas partes pero no he encontrado nada. ¿existen dinosaurios con un solo ojo, o una pierna o brazo?. Si me pudieras dar alguna referencia te lo agradeceria. Saludos.
ResponderEliminarPodria ser que existiera alguno antes de la primera extincion masiva, hasta el momento no se ha descubierto ninguno o por lo menos no tengo conocimientos de ello. Las especies son de lo mas variadas solo conocemos algunas especies de dinosaurios debieron de existir muchisimas mas de las que tenemos conocimientos. Con los incesantes cambios de clima y de habitat que han envuelto la Tierra cualquier tipo de mutacion en los animales es probable. Aunque creo no ser el mas indicado para contestar tu pregunta, creo que algun dinosaurio pudo tener esta variedad de tener un solo ojo.
ResponderEliminarÚnete a la comunidad de amantes de la ciencia en Noticias de Ciencia. Comparte tus opiniones, participa en debates y mantente conectado con otros apasionados por el conocimiento científico.