Hasta ahora, los astrónomos creían que los responsables de la creación de nubes de gas y del resto de cambios meteorológicos en las estrellas, como es el caso del Sol, eran sus campos magnéticos.
Sin embargo, los investigadores observaron nubes de mercurio en la superficie de Alfa Andrómeda, estrella que carece de campo magnético, por lo que la variación de la meteorología no puede atribuirse en el futuro sólo a estos campos magnéticos.
Dirigido por Oleg Kochukhov, del departamento de astronomía y física espacial de la Universidad sueca de Uppsala, el equipo de científicos estudió durante siete años las nubes de mercurio de la estrella Alfa Andrómeda, la más brillante de la constelación de Andrómeda, situada al sur de Casiopea y al noroeste de la constelación de Pegaso.
La construcción de imágenes de las manchas estelares en dos dimensiones permitió a los científicos descubrir que las nubes de mercurio experimentaban cambios y evolucionaban.
El equipo, formado por astrónomos suecos, estadounidenses y canadienses, descubrió que el proceso de formación de la estructura de esta estrella es similar al que experimentan la Tierra y planetas como Júpiter y Saturno, conocidos como los planetas de gas gigantes.
Los científicos atribuyen las fluctuaciones de las nubes de mercurio a una evolución desequilibrada y dinámica de los elementos pesados de las nubes debida a la difusión atómica, proceso de transporte de materia mediante movimientos atómicos o moleculares que tiende a igualar las concentraciones.
Añaden que estos cambios experimentados por las nubes podrían regirse por la misma física subyacente que guía las condiciones meteorológicas de la Tierra.