Se ha descubierto que las enanas marrones, de las que se pensaba hasta no hace mucho que eran incapaces de emitir cualquier cantidad significativa de ondas de radio, emiten haces de tales ondas con potencia suficiente como para considerarlas radiofaros.Estos haces giran con la enana marrón y los astrónomos los observan cuando el haz incide sobre la Tierra. Ésta es la misma forma en que nos llegan los pulsos de los púlsares.
Las enanas marrones son objetos enigmáticos, demasiado pequeñas para ser estrellas pero demasiado grandes para ser planetas propiamente dichos. A veces se denominan "estrellas fallidas" porque su masa es menor de la requerida para activar las reacciones de fusión del hidrógeno en sus núcleos, la fuente de producción de energÃa de las estrellas. La existencia de las enanas marrones, con masas de entre 15 y 80 veces la de Júpiter, el planeta más grande de nuestro Sistema Solar, se asumÃa, pero no fue hasta 1995 cuando los astrónomos lograron realmente hallar una. Ahora se conocen unas pocas docenas de ellas.
Los autores de este nuevo estudio observaron una serie de enanas marrones con el radiotelescopio VLA y comprobaron que tres de los objetos emiten pulsos sumamente fuertes y repetidos de ondas de radio. Después de un estudio cuidadoso, han concluido que los pulsos captados son el resultado de haces emitidos por los polos magnéticos de las enanas marrones.
Las caracterÃsticas de las emisiones de radio de las enanas marrones sugieren a los cientÃficos que se producen por un mecanismo observado también en los planetas, incluidos Júpiter y la Tierra. En este proceso intervienen electrones que interactúan con el campo magnético del planeta para producir ondas de radio que son entonces amplificadas, o fortalecidas, por los máseres naturales los cuales incrementan las ondas de radio de la misma forma que un láser amplifica las ondas de luz.
La intensidad de las emisiones de radio de las enanas marrones observadas por los investigadores es superior a la de los planetas, pero inferior a la de los púlsares. Aunque el mecanismo que produce las ondas de radio en las enanas marrones no tiene por qué estar relacionado con el que subyace en las emisiones de radio producidas por los pulsares, los investigadores sà creen que puede haber suficientes similitudes para que el estudio de las enanas marrones ayude a revelar algunos de los misterios sobre el funcionamiento de los púlsares.
Las enanas marrones giran a un ritmo mucho más lento que el de los púlsares. Mientras los púlsares giran, y producen los pulsos observados, a un ritmo que suele ser de entre varias veces y varios centenares de veces por segundo, las enanas marrones observadas con el VLA producen sus pulsos una vez cada dos o tres horas.