Solar Orbiter con Parker Solar Probe y el misterio de la corona solar

IlustraciĆ³n de las naves Solar Orbiter (izquierda) y Parker Solar Probe (derecha). / ESA/ATG medialab-NASA/Johns Hopkins APL

Una alineaciĆ³n de las naves Solar Orbiter, liderada por la ESA, y Parker Solar Probe, de la NASA, ha proporcionado las primeras medidas conjuntas de teledetecciĆ³n e in situ de la atmĆ³sfera exterior del Sol. Desde hace 65 aƱos, la comunidad cientĆ­fica se pregunta por quĆ© estĆ” mucho mĆ”s caliente que la superficie de nuestra estrella, y su turbulencia parece ser la clave.

La atmĆ³sfera exterior del Sol se denomina corona. EstĆ” formada por un gas cargado elĆ©ctricamente conocido como plasma y tiene una temperatura de alrededor de un millĆ³n de grados centĆ­grados. Su temperatura es un misterio, ya que la superficie del Sol solo alcanza unos 6.000 grados.

¿CĆ³mo puede ser? La corona deberĆ­a ser mĆ”s frĆ­a que la superficie porque la energĆ­a del Sol procede del horno nuclear de su nĆŗcleo, y las cosas se enfrĆ­an de forma natural cuanto mĆ”s se alejan de la fuente de calor. Sin embargo, la corona es mĆ”s de 150 veces mĆ”s caliente que la superficie.

Debe existir otro mĆ©todo para transferir energĆ­a al plasma, pero ¿cuĆ”l? Desde hace tiempo se sospecha que las turbulencias de la atmĆ³sfera solar pueden provocar un calentamiento importante del plasma de la corona. Pero cuando se trata de investigar este fenĆ³meno, los fĆ­sicos solares se encuentran con un problema prĆ”ctico: es imposible reunir todos los datos que necesitan con una sola nave espacial.

TeledetecciĆ³n y mediciones in situ

Hay dos formas de investigar el Sol: la teledetecciĆ³n y las mediciones in situ. En la teledetecciĆ³n, la nave espacial se sitĆŗa a cierta distancia y utiliza cĆ”maras para observar nuestra estrella y su atmĆ³sfera en diferentes longitudes de onda. Por su parte, en las mediciones in situ, la nave vuela a travĆ©s de la regiĆ³n que desea investigar y realiza mediciones de las partĆ­culas y los campos magnĆ©ticos de esa parte del espacio.

Ambos enfoques tienen sus ventajas. La teledetecciĆ³n muestra los resultados a gran escala, pero no los detalles de los procesos que tienen lugar en el plasma. Por su parte, las mediciones in situ proporcionan informaciĆ³n muy especĆ­fica sobre los procesos a pequeƱa escala en el plasma pero no muestran cĆ³mo afectan a gran escala.

Para obtener una imagen completa, se necesitan dos naves espaciales. Esto es exactamente lo que los fĆ­sicos solares tienen actualmente con Solar Orbiter, dirigida por la ESA, y la Parker Solar Probe, de la NASA.

Solar Orbiter (en la que tambiĆ©n colabora la NASA) estĆ” diseƱada para acercarse al Sol todo lo posible y realizar operaciones de teledetecciĆ³n y mediciones in situ. Parker Solar Probe renuncia en gran medida a la teledetecciĆ³n del Sol para acercarse aĆŗn mĆ”s y realizar sus mediciones in situ.

Pero para aprovechar al mĆ”ximo sus enfoques complementarios, Parker Solar Probe tendrĆ­a que estar dentro del campo de visiĆ³n de uno de los instrumentos de Solar Orbiter. De ese modo, la segunda podrĆ­a registrar las consecuencias a gran escala de lo que la primera estuviera midiendo in situ.

Daniele Telloni, investigador del Instituto Nacional Italiano de AstrofĆ­sica (INAF) en el Observatorio AstrofĆ­sico de TurĆ­n, forma parte del equipo responsable del instrumento Metis del Solar Orbiter.

Metis es un coronĆ³grafo que bloquea la luz de la superficie del Sol y toma imĆ”genes de la corona. Es el instrumento perfecto para las mediciones a gran escala, por lo que Daniele comenzĆ³ a buscar los momentos en los que Parker Solar Probe se alinearĆ­a.

AlineaciĆ³n de las dos naves

DescubriĆ³ que el 1 de junio de 2022, las dos naves espaciales estarĆ­an en la configuraciĆ³n orbital correcta, casi. Esencialmente, Solar Orbiter estarĆ­a mirando al Sol y Parker Solar Probe estarĆ­a justo al lado, tentadoramente cerca pero justo fuera del campo de visiĆ³n del instrumento Metis.

Cuando Daniele se planteĆ³ el problema, se dio cuenta de que todo lo que hacĆ­a falta para que Parker Solar Probe estuviera a la vista era un poco de ‘gimnasia’ con Solar Orbiter: un giro de 45 grados y luego apuntarlo ligeramente lejos del Sol.

Pero cuando todas las maniobras de una misiĆ³n espacial estĆ”n cuidadosamente planificadas de antemano, y las propias naves espaciales estĆ”n diseƱadas para apuntar solo en direcciones muy concretas, sobre todo cuando se enfrentan al temible calor del Sol, no estaba claro que el equipo de operaciones de la nave autorizara semejante desviaciĆ³n. Sin embargo, una vez que todos tuvieron claro el rendimiento cientĆ­fico potencial, la decisiĆ³n fue un claro «sĆ­».

El giro y el apuntamiento siguieron adelante. La Parker Solar Probe entrĆ³ en el campo de visiĆ³n y, juntas, las naves espaciales produjeron las primeras mediciones simultĆ”neas de la configuraciĆ³n a gran escala de la corona solar y de las propiedades microfĆ­sicas del plasma.

«Este trabajo es el resultado de la contribuciĆ³n de muchĆ­simas personas», afirma Daniele, que dirigiĆ³ el anĆ”lisis de los conjuntos de datos. Trabajando juntas, han podido realizar la primera estimaciĆ³n combinada observacional e in situ de la tasa de calentamiento coronal. Ahora publican los resultados en The Astrophysical Journal Letters.

«La posibilidad de utilizar tanto el Solar Orbiter como la Parker Solar Probe ha abierto realmente una dimensiĆ³n completamente nueva en esta investigaciĆ³n», afirma Gary Zank, de la Universidad de Alabama en Huntsville (EE UU) y coautor del estudio.

La turbulenta atmĆ³sfera del Sol

Al comparar el nuevo Ć­ndice medido con las predicciones teĆ³ricas realizadas por los fĆ­sicos solares a lo largo de los aƱos, Daniele ha demostrado que los fĆ­sicos solares estaban casi con toda seguridad en lo cierto al identificar la turbulencia como una forma de transferir energĆ­a.

La forma concreta en que lo hace la turbulencia no es muy distinta de lo que ocurre cuando se remueve el cafĆ© por la maƱana. Al estimular los movimientos aleatorios de un fluido, ya sea un gas o un lĆ­quido, la energĆ­a se transfiere a escalas cada vez mĆ”s pequeƱas, lo que culmina en la transformaciĆ³n de la energĆ­a en calor.

En el caso de la corona solar, el fluido tambiĆ©n estĆ” magnetizado, por lo que la energĆ­a magnĆ©tica almacenada tambiĆ©n estĆ” disponible para ser convertida en calor.

Esta transferencia de energĆ­a magnĆ©tica y de movimiento de escalas mayores a menores es la esencia misma de la turbulencia. En las escalas mĆ”s pequeƱas, permite que las fluctuaciones interactĆŗen finalmente con partĆ­culas individuales, en su mayorĆ­a protones, y las calienten.

Hay que seguir trabajando antes de poder decir que el problema del calentamiento solar estĆ” resuelto, pero ahora, gracias al trabajo de Daniele, los fĆ­sicos solares tienen su primera mediciĆ³n de este proceso.

«Se trata de una primicia cientĆ­fica. Este trabajo representa un importante paso adelante en la resoluciĆ³n del problema del calentamiento coronal», concluye Daniel MĆ¼ller, otro de los cientĆ­ficos del proyecto.

Publicar un comentario

0 Comentarios