El agujero negro central de la Via Lactea tiene un pasado de enorme actividad

Sagitario A. Foto: NASA/CXC/MIT/Frederick K. BaganoffUn equipo de astrónomos japoneses ha descubierto que el agujero negro del centro de nuestra galaxia liberó una potente deflagración hace tres siglos, gracias a las observaciones realizadas con el observatorio de la ESA XMM-Newton y otros satélites de Rayos X japoneses y de la NASA.

Este descubrimiento ayuda a resolver un antiguo misterio: porqué el agujero negro de la Vía Láctea está tan inactivo. Este agujero negro, conocido como Sagitario A-estrella (A*), es realmente masivo, contiene unas cuatro millones de veces la masa de nuestro Sol. Aún así, la energía radiada desde sus proximidades es miles de millones de veces más débil que la emitida por los agujeros negros centrales de otras galaxias.

“Nos hemos preguntado por qué el agujero negro de la Vía Láctea parece ser un gigante dormido”, comenta Tatsuya Inui, responsable del equipo de la Universidad de Kyoto, Japón. “Sin embargo ahora descubrimos que el agujero negro estuvo mucho más activo en el pasado. Quizás ahora esté sólo descansando tras un gran arrebato”.

Las observaciones, realizadas entre 1994 y 2005, revelaron que hay nubes de gas próximas al agujero negro central que se iluminaban y desvanecían rápidamente en Rayos X en respuesta a pulsos de rayos X que procedían justo del exterior del agujero negro. Cuando el gas cae en espiral hacia el interior del agujero negro se calienta a millones de grados, y emite rayos X. A medida que se acumula más materia en las proximidades del agujero negro, la emisión de Rayos X se hace mayor.

Estos pulsos de rayos X necesitan unos 300 años para atravesar la distancia entre el agujero negro central y una gran nube conocida como Sagitario B2, de forma que la nube muestra su reacción a eventos que podrían haber sido vistos hace 300 años desde la Tierra.

Cuando los rayos X alcanzan la nube colisionan con átomos de hierro, arrancando electrones cercanos al núcleo atómico. Cuando los electrones de capas más externas ocupan estas vacantes, los átomos de hierro emiten rayos X. Una vez que el pulso de rayos X ha atravesado la nube, ésta vuelve a recuperar su brillo habitual.

Sorprendentemente, una región en Sagitario B2 de unos 10 años-luz de extensión varió su luminosidad de forma considerable en sólo cinco años. Estos aumentos de brillo se conocen como “ecos de luz”. Analizando la línea espectral del hierro en rayos X las observaciones de Suzaku permitieron eliminar definitivamente la posibilidad de que estos ecos fuesen producidos por partículas subatómicas.

“Observando cómo esta nube se iluminaba y apagaba en un periodo de 10 años hemos sido capaces de reconstruir la historia de la actividad del agujero negro hasta hace 300 años”, comenta Katsuji Koyama, miembro del equipo de la Universidad de Kyoto. “El agujero negro era un millón de veces más brillante hace tres siglos. Debe de haber sido increíblemente potente”.

Este nuevo estudio se basa en la investigación realizada por varios grupos pioneros en la técnica del “eco de luz”. El año pasado un equipo dirigido por Michael Muno, que trabaja ahora en el Instituto Tecnológico de California (Estados Unidos), empleó las observaciones de ecos de luz en rayos X obtenidas por Chandra para demostrar que Sagitario A* generó una potente emisión de rayos X hace cinco décadas, aproximadamente una docena de años antes de que los astrónomos tuviesen satélites capaces de detectar rayos X del espacio exterior. “La deflagración producida hace tres siglos fue 10 veces más brillante que la emisión que nosotros observamos”, añade Muno.

El centro de la galaxia está a unos 26.000 años-luz de la Tierra, lo que significa que vemos los sucesos como ocurrieron hace 26.000 años. Los astrónomos aún no disponen de una explicación detallada de por qué Sagittarius A* varía tanto su nivel de actividad. Una posibilidad, comenta Koyama, es que hace algunos siglos una supernova expulsase una nube de gas que cayó dentro del agujero negro; esto supuso un suministro enorme de materia que despertó al agujero negro de su letargo y produjo la potente emisión.

Fuente: ESA

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1 Comentarios

  1. Motores naturales recicladores parciales y temporales de la energía degradada.
    Los átomos a nivel del microcosmos y los agujeros negros y las supernovas a nivel del macro cosmos tienen, como otra de sus funciones, servir como motores acopiadores y recicladores también de la energía que se degradada ya sea en forma de calor o como cualquier otro tipo de radiación emitida hacia el espacio exterior.
    Tanto átomos como agujeros negros toman la energía del medio y con ella los átomos pueden mantener su mínima actividad interna, y los agujeros negros la almacenan y hasta logran convertir por acumulación, cantidades mínimas de materia-energía inservibles, en incalculables cantidades de masa capaces de producir grandes presiones, grandes temperaturas y grandes explosiones nucleares.
    Debido a la gravedad se crea energía de presión y térmica en el interior de las grandes masas: planetas, astros, estrellas y agujeros negros.
    ¿Será que absolutamente todas las grandes explosiones cósmicas que siempre han ocurrido y que se sabe que continúan ocurriendo permanentemente, siempre se podrán atribuir a explosiones de supernovas? No será que también han explotado los agujeros negros?, eso no lo podemos negar con certeza, porque si hasta hace poco no sabíamos ni siquiera de la existencia de los agujeros negros, que íbamos a saber de todas sus funciones.
    Creemos que hay razones suficientes para pensar que los agujeros negros no deben ser eternos y que todos ellos, incluso los estelares y masivos, pueden explotar, y que no solo lo puedan hacer los mini agujeros negros de los que se cree que se evaporan y explotan, lo que, entre otras cosas, nos parece una gran contradicción, porque si de un agujero negro no puede salir nada, ni siquiera la luz, ¿cómo puede pensarse que se pueda escapar evaporada su gran y densa masa?.
    Creemos que todos los agujeros negros pueden explotar. Creemos que el universo se recicla parcial y permanentemente acopiando y concentrando grandes masas que luego explotan y el proceso se repite indefinidamente.
    Las explosiones de los agujeros negros y de las supernovas reimpulsan alternativa y permanentemente el movimiento de rotación expansiva del Universo en su conjunto.
    Los agujeros negros y las supernovas son úteros cósmicos donde se acopian, gestan y/o reciclan las nuevas energías necesarias para la conquista futura del infinito, frío y oscuro espacio vacío.
    El ciclo se repite indefinidamente, la cantidad de materia-energía visible será cada vez mayor y colonizará más el espacio infinito y así será durante el tiempo infinito.
    La materia visible, actualmente activada por la energía es solamente el 4% del limitado universo aceptado por los amigos del big bang, y el cual es solamente lo poco que han podido ver por los telescopios. Falta mucho por descubrir.
    Ya sea que la energía-materia sea infinita o que se cree, porque sea valida la gran herejía, de todos modos el futuro del universo no será apocalíptico.
    El universo crece y se va reciclando, por eso no habrá ni muertes térmicas ni desgarres. La materia y la energía tienen todas las propiedades físicas suficientes y necesarias para perpetuarse, ya sea creciendo o reciclándose.
    La energía se crea ó la materia es infinita y/o se reciclan.
    El universo conocido y visible será cada vez mas grande, cada vez se activará más materia oscura y se convertirá en materia activa, en materia visible y en energía, cada vez se iluminará más el infinito.
    Martín Jaramillo Pérez.
    martinjaramilloperez@gmail.com

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