El abrupto cambio de estación en Titán

El abrupto cambio de estación en Titán
Gracias a la sonda internacional Cassini, un equipo de científicos ha estudiado cómo se produce el cambio de estación en Titán, la mayor luna de Saturno. Tras el equinoccio de agosto de 2009, se generó un vórtice turbulento en su atmósfera y aumentó la concentración de gases exóticos a gran altitud.

Titán es, junto a la Tierra, el único otro cuerpo del Sistema Solar con una densa atmósfera rica en nitrógeno. La atmósfera de Titán también contiene metano e hidrógeno, y trazas de otros gases entre los que destacan los hidrocarburos que se forman a gran altitud a través de reacciones desencadenadas por la radiación solar.

Estas moléculas complejas se filtran hacia las capas más bajas de la atmósfera, y a veces se combinan dando lugar a una especie de esmog anaranjado.

En el limbo de esta luna se puede observar otra capa de neblina a una altitud incluso mayor, a unos 400-500 kilómetros sobre la superficie de Titán, que parece estar completamente separada del resto de su atmósfera.

Hasta hace poco se pensaba que esta capa de neblina podría ser el límite superior de la célula de circulación de la ‘atmósfera media’ de Titán, que se extiende de polo a polo, pero un nuevo estudio sugiere que no es así.

Cuando Cassini llegó al sistema de Saturno en el año 2004, Titán presentaba un vórtice cubierto por una ‘capota’ de gas enriquecido y por una densa neblina a gran altitud sobre su polo norte, que por aquel entonces se encontraba en invierno. Tras el equinoccio de agosto de 2009, la primavera llegó al hemisferio norte de Titán, y el sur entró en el otoño.

La diferencia en la cantidad de radiación solar que recibía ahora cada hemisferio se tradujo rápidamente en la inversión de la dirección de circulación de la única célula atmosférica de Titán, provocando el afloramiento de gases en la atmósfera del hemisferio estival y el hundimiento de estos en el invernal.

“A pesar de que la cantidad de radiación solar que llegaba al hemisferio sur era cada vez menor, lo primero que detectamos en los primeros seis meses después del equinoccio fue un aumento de la temperatura a una altitud de entre 400 y 500 kilómetros sobre la superficie de Titán. Este fenómeno estaba provocado por la compresión de los gases a medida que se hundían en la atmósfera, arrastrados por el nuevo vórtice que se estaba empezando a formar”, explica Nick Teanby, de la Universidad de Bristol, Reino Unido, y autor principal del artículo que presenta estos resultados en la revista Nature.

European Space Agency, ESA

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