Los expertos pensaron, hace un año, que al ordenar al vehículo entrar en el Victoria -una depresión de 800 metros de diámetro- para investigar su geología, probablemente le condenaban a permanecer allí para siempre, debido a lo escarpado de las paredes del cráter.
Sin embargo, ha logrado subir siguiendo su mismo recorrido de entrada. El último tramo hasta el borde arenoso del cráter ha sido de 6,8 metros, según han informado los responsables de esta misión de la NASA, en el Jet Propulsion Laboratory (California), pero el vehículo ha recorrido unos 50 metros en un mes desde que se decidió intentar el ascenso.
"Logramos entrar a salvo en el cráter, hemos completado allí la exploración y ahora estamos a salvo fuera", ha dicho John Callas, jefe de la misión, quien habla en primera persona como si él y su equipo estuvieran allí y no desde la Tierra. "Nos dirigimos a la siguiente aventura en las llanuras de Meridiani". El otro vehículo, el Spirit, está tomando fotografías al otro lado de Marte.
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